Disminuyó contaminación de desagües

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El OTASS promueve que usuarios no domésticos cumplan con normativa VMA y adopten prácticas en favor de la salud pública y el ambiente.El aislamiento social obligatorio no solo ha frenado el avance exponencial de los contagios de COVID-19. También ha permitido la reducción de la contaminación de las redes de alcantarillado por la paralización de las actividades comerciales e industriales durante más de tres meses, sostuvo el director ejecutivo del Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS), ingeniero Oscar Pastor Paredes.El impacto por el cierre de restaurantes, lavanderías, avícolas, empresas industriales y otros usuarios no domésticos “ha sido igualmente positivo para la salud pública y el ambiente, pues ha contribuido a la disminución de aguas residuales con altos contenidos de grasas, aceites, químicos, gases tóxicos, entre otros”, señaló el titular del OTASS.A su turno, la coordinadora de la Estrategia Control de los VMA del OTASS, ingeniera Sonia Álvarez Quintana, indicó que, “por lo general, las aguas residuales no domésticas son descargadas en los desagües y alcantarillas sin tratamiento previo. En la mayoría de los casos, los usuarios no domésticos no tienen la cultura de tratarlas adecuadamente para mejorar su calidad”.Normativa VMAEn el Perú, existe la normativa de Valores Máximos Admisibles (VMA), aprobada por Decreto Supremo N.° 010-2019-VIVIENDA, que regula y controla la cantidad de sustancias nocivas y contaminantes de las aguas residuales, provenientes de las actividades comerciales e industriales.Su objetivo es proteger la red de alcantarillado e infraestructura sanitaria y así evitar atoros, desbordes o aniegos, así como proteger la salud pública y el ambiente.Por ello, la Estrategia VMA del OTASS, implementada junto a 19 prestadoras de servicios de saneamiento, entre ellas Emapa San Martín S.A., desarrolla la campaña de sensibilización “Negocio Responsable”.Su finalidad es informar y fomentar que los usuarios no domésticos se adecúen a la normativa VMA y eviten así daños graves y, por ende, costos mayores en la operación y mantenimiento de la infraestructura sanitaria y equipamiento, los cuales recaen en las prestadoras.Oportunidad de cambioA pesar del impacto de la pandemia en la economía nacional, es posible el reinicio de las actividades comerciales e industriales con mejores prácticas, que permitan minimizar la cantidad de contaminantes descargados a las alcantarillas.“Si bien muchos negocios aún no toman conciencia de la dimensión de los daños que causan, es necesario que se concienticen de modo progresivo, en cumplimiento del reglamento establecido”, puntualizó Álvarez.

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